Ficciones Urbanas

En su ¨Lógica del Sentido¨, Gilles Deleuze,  invierte el pensamiento platónico sobre las ideas, en el que mientras que estas se relacionan con las copias, los simulacros son ¨una pretensión de copia…que debieran ser encadenados en lo profundo, donde no puedan alcanzarlos los significados¨. Así reubicará a la simulación, en nuestros términos la ficción, como motor del pensamiento.

En esta misma dirección, esta didáctica nos motiva a pensar el proyecto evitando una relación lineal, de causa efecto con la verdad, para entrar en el terreno de la heurística, de la posibilidad. Decimos que el simulacro, la ficción no tiene vocación de presentarse como verdad sino que evidencia su falsedad, como diferencia, distanciándose de la copia y así pone su acento en lo nuevo, en el proyecto, lo distante, lo distinto, como realidad virtual, realidad posible.

Así nos proponemos entender las estrategias de abordaje de la ciudad desde la ficción, como distancia entre el mundo real y el mundo posible, en tanto construcción humana, a partir de la imaginación y del proyecto como mediación. Proceso este, en el que partimos de lo que, en la literatura de J. L. Borges, se llamó “recursos de verosimilitud” (que, lejos de ser  verdades inamovibles, tampoco son fantasías sin arraigo), datos contextuales, lenguajes formales disciplinares, tecnologías, economía, cultura y necesidades funcionales, contenidos y al término del cual emerge el sentido como "situación" y "programa".

 “Situación" que se da en un proceso de implicaciones entre el contexto, que no es “lo dado” sino siempre una reinterpretación, un encuadre, y el proyecto, que lo tiene a aquel entre sus recursos iniciales y a la vez se vuelve sobre él para modificarlo.

 “Programa” que emerge enriquecido de la relación entre la función, contenido, como recurso de verosimilitud y la ficción, narración del habitar como posibilidad.

En conclusión, poniendo el acento en las diferencias, antes que en las semejanzas, intentamos un abordaje fundamentalmente heurístico, imaginativo   y a la vez, comprometido con la realidad, del proyecto del habitar urbano. Imaginar mundos posibles.